viernes, 31 de agosto de 2012

La leyenda de San Jorge y el Dragón


           Muchos turistas (sobre todo de Cataluña e Inglaterra) se quedan sorprendidos al descubrir que San Jorge, además de ser patrón de Cataluña, es el patrón de la ciudad de Cáceres. He aquí el porqué:

Las tropas de Alfonso IX rey de León, en su afán de reconquista y anexión de los territorios musulmanes, y tras varias campañas de infructuosos asedio desde 1218, con el apoyo de la Órdenes de militares de Calatrava y Alcántara, el 23 abril de 1229, conquista definitivamente a los almohades la fortaleza de Cáceres, incorporándola  al reino de León, y otorgándole a la ciudad Fuero de Villa. Por ser ese día la festividad de San Jorge, es nombrado desde entonces patrón de la ciudad.


Estatua de San Jorge y el dragón, Plaza de San Jorge, Cáceres.

            Pero, ¿cual es la historia de San Jorge?

La leyenda más difundida de San Jorge de Capadocia es sin duda la del dragón. En cierta ocasión llegó San Jorge a una ciudad llamada Silca, en la provincia de Libia, cerca había un lago tan grande que parecía un mar donde se ocultaba un dragón de tal fiereza y tan descomunal tamaño, que tenía atemorizadas a las gentes de la comarca. Los habitantes de Silca arrojaban al lago cada día dos ovejas para que el dragón comiese y los dejase tranquilos, porque si le faltaba el alimento iba en busca de él hasta la misma muralla, los asustaba y, con la podredumbre de su hediondez, pues era sumamente pestífero, contaminaba el ambiente y causaba la muerte a muchas personas. Al final ocurrió que los ganaderos se quedaron casi sin ovejas y decidieron que se le entregara cada día una persona viva, que sería escogida bajo un sorteo. Un buen día, le toco la "suerte" a la hija del rey. Éste, profundamente afligido, propuso a sus súbditos:  
"Os doy todo mi oro y toda mi plata y hasta la mitad de mi reino si hacéis una excepción con mi hija. Yo no puedo soportar que muera con semejante género de muerte."
           El pueblo, indignado, replicó:
           "No aceptamos. Tú fuiste quien propusiste que las cosas se hicieran de esta manera. A causa de tu proposición nosotros hemos perdido a nuestros hijos, y ahora, porque le ha llegado el turno a la tuya, pretendes modificar tu anterior propuesta. Si tu hija no es arrojada al lago para que coma el dragón como lo han sido hasta hoy tantísimas otras personas, te quemaremos vivo y prenderemos fuego a tu casa."
          El rey comenzó a dar alaridos de dolor y dirigiéndose a sus ciudadanos les suplicó:
          "Aplazad por ocho días el sacrificio de mi hija, para que pueda durante ellos llorar esta desgracia."
          El pueblo accedió a esta petición. Pasados los ocho días del plazo, la gente de la ciudad enfurecidos, exigieron  al rey que le entregara a su hija para arrojarla al lago.
         Convencido el rey de que no podría salvar a su hija, la vistió con ricas y suntuosas galas y vertiendo torrentes de lágrimas, el rey la bendijo; tras esto, la joven salió de la ciudad y se dirigió hacia el lago. Cuando llorando caminaba a cumplir su destino, san Jorge se encontró casualmente con ella y, al verla tan afligida, le preguntó la causa de que derramara tan copiosas lágrimas.
          La doncella le contestó:
          "¡Oh buen joven! ¡No te detengas! Sube a tu caballo y huye a toda prisa, porque si no también a ti te alcanzará la muerte que a mí me aguarda."
          "No temas, hija" –repuso san Jorge-; "cuéntame lo que te pasa y dime qué hace allí aquel grupo de gente que parece estar asistiendo a algún espectáculo."
         "Piadoso joven" –le dijo la doncella- "tienes un corazón magnánimo. Pero, ¿es que deseas morir conmigo? ¡Hazme caso y huye cuanto antes!"
          El santo insistió:
         "No me moveré de aquí hasta que no me hayas contado lo que te sucede."
          La muchacha le explicó su caso, y cuando terminó su relato, san Jorge le dijo:
         "¡Hija, no tengas miedo! En el nombre de Cristo yo te ayudaré."
        "¡Gracias, valeroso soldado!" –replicó ella- "Pero no podrás librarme de la muerte que me espera, porque si lo intentaras morirías tú también; ya que yo no tengo remedio, sálvate tú."


Representación de San Jorge y el dragón. (F.I.)

          En ese instante el dragón sacó la cabeza de debajo de las aguas, nadó hasta la orilla del lago, salió a tierra y empezó a avanzar hacia ellos. Entonces la doncella, al ver que el monstruo se acercaba, aterrorizada, gritó a Jorge:
          "¡Huye! ¡Huye a toda prisa, buen hombre!"
          San Jorge, de un salto, se acomodó en su caballo, se santiguó, se encomendó a Dios, enristró su lanza, y, haciéndola vibrar en el aire y espoleando a su cabalgadura, se dirigió hacia la bestia a toda carrera, y cuando la tuvo a su alcance hundió en su cuerpo el arma y la hirió. Acto seguido echó pie a tierra y dijo a la joven:
         "Quítate el cinturón y sujeta con él al monstruo por el pescuezo. No temas, hija; haz lo que te digo."
          Una vez que la joven hubo amarrado al dragón de la manera que Jorge le dijo, tomó el extremo del ceñidor como si fuera un ramal y comenzó a caminar hacia la ciudad llevando tras de sí al dragón que la seguía como si fuese un perrillo faldero. Cuando llegó a la puerta de la muralla, el público que allí estaba congregado, al ver que la doncella traía a la bestia, comenzó a huir hacia los montes dando gritos y diciendo:
          "¡Ay de nosotros! ¡Ahora sí que pereceremos todos sin remedio!"
          San Jorge trató de detenerlos y de tranquilizarlos.
          "¡No tengáis miedo!" –les decía-."Dios me ha traído hasta esta ciudad para libraros de este monstruo. ¡Creed en Cristo y bautizaos! ¡Ya veréis cómo yo mato a esta bestia en cuanto todos hayáis recibido el bautismo!"
          Rey y pueblo se convirtieron y, cuando todos los habitantes de la ciudad hubieron recibido el bautismo San Jorge, en presencia de la multitud, desenvainó su espada y con ella dio muerte al dragón.
          El rey, agradecido, hizo construir una iglesia enorme, dedicada a Santa María y a San Jorge. Por cierto que al pie del altar de la citada iglesia comenzó a manar una fuente muy abundante de agua tan milagrosa que cuantos enfermos bebían de ella quedaban curados de cualquier dolencia que les aquejase.Igualmente, el rey ofreció a Jorge una inmensa cantidad de dinero que el santo no aceptó, aunque sí rogó al monarca que la distribuyese entre los pobres.

          Además de Cáceres, es el patrón de Cataluña, de Aragón y de los siguientes países: Georgia, Grecia, Inglaterra, Lituania, Polonia, Portugal, Rusia y Serbia. También es el patrón de los caballeros y de los "Boy Scouts".
     
           Más leyendas son y así te las he contado, gracias y hasta la próxima.


Escrito por: Jesús Sierra

Fuentes:     - C.C.V. de Cáceres
                   - La leyenda dorada: (vidas de santos). Jacobus de Voragine

5 comentarios:

  1. Qué listo San Jorge, os hacéis cristianos y os mato el dragón y sí no na. Gran historia!

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  2. Es el "quid pro quo" de a lo largo de la historia. Gracias

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  3. Me gusta como escribes, sigue así. Saludos

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  4. Hola Jesus......
    Me encantanlas leyendas y esta es muy bonita.....Yo la conocia....por que las coleciono,me gusta copiarlas y tengo un cuaderno,con todas las leyendas que voy recopilando......muchas gracias......un beso

    Te sabes la del Acueducto de Segobia..es muy bonita tambien

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  5. Muchas gracias por tus comentarios María del Carmen, espero que las siguientes leyendas tambien te gusten y puedas aportarlas a tu cuaderno. Respecto a la leyenda del acueducto, no la conozco pero te prometo que la buscaré.

    Gracias de nuevo y aqui me tienes.

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