viernes, 14 de diciembre de 2012

La leyenda del Cristo de los Milagros


El Cristo de los Milagros es una pequeña talla anónima del siglo XV que se encuentra en la Iglesia de Santiago de Cáceres y procesiona en la actualidad con la Cofradía de Jesús Nazareno que data su origen en el año 1464, bajo el nombre de la Cofradía de la Misericordia. Esta antigua Cofradía se dedicaba a obras de caridad y misericordia, y entre sus deberes estaba el dar cristiana sepultura a pobres, indigentes y reos. Su Cristo acompañaba a los reos hasta el suplicio, y presidía las ejecuciones de la Villa, pues en Cáceres por Fuero se impartía justicia dando garrote. En una de esas ejecuciones públicas ocurrió un milagro documentado que a continuación relato.

Imagen del Cristo de los Milagros, Cáceres

En el año 1596 de nuestro Señor Jesucristo, después de haber escuchado la sentencia, y de haber pasado más de dos días en capilla orando asistidos por religiosos, desde la cárcel de la Villa salen en procesión sobre asnos, encadenados y bajo túnicas negras, dos jóvenes reos. Al son de trompetas, la comitiva va custodiada por la Santa Hermandad, abriendo camino un monje porta un Cristo Crucificado de dos palmos de altura, lo custodian dos cofrades con velas o hachas encendidas, cerca de ellos marchan mayordomos o miembros de la Cofradía con platillos en mano pidiendo limosna: 

“Para hacer bien el alma de los que van a ajusticiar.”

Su delito, habían sido acusados por algunos testigos, unos dicen que por ejercer la religión judía en la intimidad  y otros por practicar la sodomía. En cualquiera de los dos casos, en juicio público son declarados culpables ante los ojos de Dios y condenados por las autoridades a muerte por garrote.
Se cree que los testigos bajo falso juramento les habían imputados dichos delitos bien por inquina o por venganza personal, pero aun así son declarados culpables.   

Recreación de la Plaza Mayor de Cáceres en el XVI.

Por caminos, calles, callejuelas y plazas va trascurriendo la comitiva, lenta y pausadamente, para que todos los vecinos puedan ver la humillación de los condenados. A su paso unos se santiguan, otros insultan a los reos, les escupen y les arrojan piedra, barro y algunas verduras o frutas podridas.

“Paso a los ajusticiados, paso hacia al patíbulo.” –Va gritando el pregonero a la vez que pregona sus delitos. Mientras el portador del Cristo va rezando.-

“Judíos, cerdos judíos.” -Se oye a su paso.- “Sodomitas, hijos del diablo.”

Su destino final es la Peña redonda (en las inmediaciones de la actual plaza de Italia)  lugar del ajusticiamiento. Cuando la procesión llega a la Peña redonda, una multitud se hallaba ya congregada alrededor del cadalso. Los reos son conducidos a lo alto del estrado. Mientras el verdugo les ata al garrote, un alguacil va leyendo la sentencia:

“Reunido el tribunal en el año de Nuestro Señor Jesucristo de 1596…., fallamos que debemos condenar y condenamos a los reos aquí presentes a la muerte por garrote por los delitos demostrados en el juicio celebrado en esta Villa y por los cuales serán ajusticiados en Peña redonda hasta que naturalmente mueran…”

“Soy inocente, por Dios que soy inocente, piedad.” –Grita desesperadamente uno de los reos, el otro reo resignado calla.-

Grabado de ejecución a garrote, por Dore (F.I.)

Cuando se disponen a ejecutar la sentencia ante la figura del Cristo, los cordeles que unen a los reos con el garrote se rompen, incrédulo el verdugo los vuelve atar con más fuerza. Todo está nuevamente dispuesto, pero ante la sorpresa de todos,  las cuerdas se vuelven a quebrar, imposibilitando la ejecución. Los presentes quedan perplejos, el público asistente comienza a murmurar y a mirarse los unos a los otros,  las autoridades comienzan a inquietarse por el suceso, no saben que ocurre. En ese instante, estando el Cristo enarbolado en manos del alcalde de la Villa, sus clavos se desprenden quedando los brazos del Cristo sueltos a la vista del pueblo.

“Mirad, mirad al Cristo.” –Gritan unos.- “Milagro, milagro.” –Gritan otros.-

El Cristo había obrado un milagro, todos creyeron que era una señal de Dios por la inocencia de los condenados. Los religiosos y las autoridades allí reunidas dan por cierto el hecho, liberando de culpa y cargos a los reos.

“Dios ha querido que estos reos sean liberados, milagro, su inocencia ha sido probada, milagro, cúmplase la voluntad del Señor, soltadlos.” -Vociferó una de las autoridades eclesiásticas.-  

Los condenados de inmediato son puestos en libertad, y dos moros que se hallaban presente en la ejecución pidieron el bautismo y se convirtieron a la fé católica.

Iglesia de Santiago, Cáceres.

Desde ese momento el Cristo pasó a denominarse bajo la advocación del Cristo de los milagros y venerado en la Iglesia de Santiago de Cáceres.


Más leyendas son y así te las he contado, gracias y hasta la próxima.


Escrito por: Jesús Sierra

Bibliografía Consultada: 

-“Noticias Históricas de Cáceres” Benito Simón Boxoyo.
-“Cáceres ciudad histórico artística” Antonio Rubio Rojas.
-“Ordenanzas de la Cofradía de la Misericordia, Cáceres.”

2 comentarios:

  1. Qué maravilla es leer cada historia tuya. De nuevo enhorabuena

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  2. Desde que estas amenizandonos los viernes con tus historias ya no podemos pasarnos sin ellas, estamos deseando que lleguen para ver que toca, muy buenas como siempre. Un beso.

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