viernes, 26 de febrero de 2016

Francisco de Sande y Picón de Figueroa “Doctor Sangre”


Nacido en Cáceres entre los años 1534 y 1540, Francisco de Sande, era hijo de Pedro de Sande y de Francisca Picón. Nombrado Caballero de Santiago por Felipe II, no fue un héroe conquistador de imperios, sino un letrado versado en leyes al servicio de la Corona española, fue uno de aquellos 7000 extremeños documentados, que según Vicente Navarro pasaron durante los siglos XV-XVI a América y Filipinas, en donde Francisco de Sande fue llamado con el sobrenombre de “Doctor Sangre”, por su excesivo rigor en la administración de justicia.

Escudo de los Sande en Cáceres

Tras pasar su infancia, que poco se sabe de ella, en la humilde casa familiar de Cáceres, (que aún hoy podemos ver en la calle de Sande 26), Francisco fue enviado a Salamanca, en donde entre los años 1557 y 1560 cursar los estudios de derecho, pasando posteriormente al colegio mayor de Santa María de Jesús de Sevilla donde se doctora en Cánones.

Terminados sus estudios, y bajo la protección del Provisor de la diócesis de Sevilla, el también cacereño Juan de Ovando (hombre poderoso ya citado en “Los amores del cacereño Nicolás de Ovando con Andrea de Cervantes”) comenzó una carrera administrativa y política espectacular, obteniendo por ello los favores del rey Felipe II, el cual le encomendó partir para América en 1567 con el cargo de fiscal de la audiencia de México para resolver los litigios que tenía pendiente el II Marqués del Valle de Oaxaca, Martín Cortés, hijo y sucesor de Hernán Cortés.

Felipe II por Sofonisba Anguissola 1565

En el catálogo de pasajeros a Indias se anota en los asientos del 671-674 del 22 de junio del año 1567:

“El Doctor Francisco de Sande, natural de Cáceres a Nueva España a como fiscal de la Real Audiencia (de México), con el pasan tres criados a su cargo, Martín de Sande, soltero, natural de Cáceres; Diego González Cordero, natural de Cáceres, soltero; y Bartolomé Miguel de Apodaca, natural de Briones, soltero.”

Como fiscal de la audiencia de México, Francisco de Sande tuvo que participar en la resolución del proceso criminal, iniciado contra Martín Cortés, conocido como “la conspiración del Marqués del Valle”.

Martín Cortés, su hermano Luis y su medio hermano llamado también Martín (este era hijo de Cortés y su amante nativa la “Malinche”), junto a otros hijos de conquistadores españoles, se opusieron las llamadas Leyes Nuevas, que suponían la prohibición de las encomiendas (concesiones de tierras e indios con las cuales los primeros pobladores se establecieron en América) en tercera vida, perdiendo estos su fuente de subsistencia que recaía a partir de ese momento en la corona.

Retrato de Hernán Cortés de Paulo Giovio 

Las pesquisas realizadas por la Real Audiencia confirmaron como líder de aquella conjura para conseguir la independencia de Nueva España de la corona, al Marqués del Valle, y junto a él colaboraron otros nobles pertenecientes a las grandes familias de la colonia. De los 64 hombres que fueron acusados y procesados de intervenir en la rebelión, bajo delito de traición a la Corona, cuya pena era la muerte, la mayoría fueron condenados al destierro en Orán o a galeras, como don Baltasar de Aguilar condenado a diez años de galeras, pérdida de todos sus bienes y destierro perpetuo de las Indias. Nueve fueron absueltos, y sólo siete de los ocho sentenciados a muerte, fueron ajusticiados, entre ellos los hermanos Alonso de Ávila y Gil González de Ávila que murieron decapitados en plaza pública, o Pedro y Baltasar de Quesada degollados. Luis Cortés sentenciado en principio a muerte fue indultado junto a Martín. Y su hermano el Marqués fue enviado a España a rendir pleitesía al monarca.

Un año más tarde Felipe II, crea en la Audiencia de México la Alcaldía del crimen, para dar más rigor de cumplimientos de los castigos en la justicia. Formada por tres alcaldes, uno de los elegidos por su gran labor desempeñada en estos menesteres, fue don Francisco de Sande.

Mapa de las tribus chichimecas (F.I.)

El 30 de abril de 1572, Sande es elevado al cargo de Oidor de la Real Audiencia donde participó en la pacificación y represión de los indios chichimecas (término dado para describir en general a diferentes tribus nómadas indígenas que habitaron el norte de México). Ayudo para ello que Francisco de Sande conjugaba por igual el servicio a Dios con el servicio a su rey, y en esta guerra la iglesia hizo suya la causa de los indios.

Esta guerra de chichimecas dio origen a uno de los primeros tratados realizados en Indias acerca de la legitimidad o justificación de la guerra contra los naturales de las tierras bajo dominio español en el siglo XVI, la llamada guerra justa.

En el año 1565 Miguel López de Legazpi conquista y ocupa las islas Filipinas (llamadas así en honor a Felipe II), un paso más hacia la ruta de las especias. Pero poco dura la alegría, pues en el 1572 llegan a España las noticias de la repentina muerte de Legazpi.

Tras un breve periodo de interinidad de Guido de Lavazares, Felipe II conocedor de la excepcional carrera, de su rigor a la hora de aplicar las ordenanzas, y como hombre de su confianza, decide nombrar a Francisco de Sande, Gobernador y Capitán General de las Filipinas, quien sería el artífice de la consolidación y la organización de la conquista del archipiélago filipino.

Mapa de las Islas Filipinas (F.I.)

Formaban parte de la Capitanía General de Filipinas, el archipiélago de Palaos, las islas Carolinas, Marshall, Marianas y partes de las islas Gilbert. Por ostentar dicho cargo Francisco de Sande cobraría:

“...llevéis de salario en cada año, todo el tiempo que serviéreis, 4.000 pesos de mina de a 450 maravedíes...”

El 25 de agosto de 1575 vía Acapulco de Sande llega a Manila en los navíos “San Juan” y “Santiago” junto con 178 soldados, entre ellos 19 extremeños. Entre sus preceptos estaba, además de administrar, pacificar y la conversión a la fe Católica de los naturales, la de la exploración y el conocimiento detallado de estas islas casi desconocidas, permitiendo las ordenanzas para ello la fundación de nuevas poblaciones.

Pero no eran pocas las dificultades con las que se encontró el nuevo Gobernador, a parte de la inmensa distancia que distaba a esta colonia de la metrópoli, tuvo que restaurar la ciudad la ciudad de Manila destruida un año antes por el corsario chino Limahong, lidiar con la falta total de recursos, y el escaso número de españoles para realizar las tareas de defensa, conquista y población del territorio. El propio Gobernador lo relata en su correspondencia con el Consejo de Indias:

“En estas Ysla Filipinas ay al presente 500 españoles por todos...”

“Yo sirvo en estas yslas de todos los offiçios, porque é de ser offiçial y sobreestante de todos, y juez y medianero, y tener cuydado de los espitales y de los difuntosy sus bienes..., y ay tanta administraçion por mar y por tierra y tantas menudençias, que no lo puedo dezir...”

Ciudad de Manila 1640 (F.I.)

Aun así, Francisco de Sande siguió adelante con las precisas órdenes dadas por Felipe II, y además de impulsar la pacificación de las Islas Filipinas, emprende nuevos proyectos marítimos de expansión territorial, como la conquista de Borneo e incluso llega a proponer a Felipe II en carta fechada el 6 de junio de 1576 la conquista de China “...con una expedición militar fácilmente realizable, que a cambio revertiría en grandes beneficios de tributaciones para la corona. Atestiguo que para proceder a su conquista bastaría una tropa de 6000 españoles de pica y arcabuz, ademas de contar con la ayuda de los japoneses...”

Tal proyecto fue rechazado por Felipe II, por inabordable y por no encajar en su política con China, que era de amistad y comercio.

En la conquista de Borneo, empresa militar de mayor relevancia en la carrera del cacereño, nos encontramos con varios informes según autores.

Galeón español El Callao por Alberto Durero.

Según el propio Francisco de Sande, y de los oficiales de la Real Hacienda, el 29 de julio de 1578 salían del puerto de Manila con expedición compuesta por 40 velas y de 350 soldados, con dirección a Borneo. Al llegar a puerto valiéndose de dos moros de Balayan, que ya habían rendido vasallaje, que le hacen de escribas y embajadores, Sande redacta dos cartas de saludo y amistad para su presentación ante el sultán, redactando las cartas una en la lengua de Borneo (malayo) y la otra en lengua de Manila (tagalo).

La respuesta del sultán fue la de matar a uno de los embajadores y torturar al otro para que hablara de las fuerzas españolas. Y poco después cuando la armada española estuvo a tiro de artillería de sus naves, abrieron fuego, a la cual los españoles respondieron con gran acierto y con la ayuda de Dios y del buen gobierno del cacereño vencieron a los moros.

“Después me ocupé de juntar las galeras y navíos, que le tomé, que son 27, sacando mucho del agua, a donde la avían echo a número de 170 pieças, grandes e chicas... “

Ruta del galeón de Manila (F.I.)

Otra de las versiones según P. Pastells, nos relata la historia coincidiendo en algunos aspectos, pero agregando un personaje nuevo.

Y fue en el año 1577, cuando se presenta ante Francisco de Sande un nativo junto a una comitiva, se llamaba Sirela y decía ser pretendiente al trono de Borneo, y solicitaba la ayuda de los españoles para expulsar del trono a su hermano Saif-Ul-Rejal, el usurpador.

Vio entonces una posibilidad el cacereño de expandir los dominios españoles, conquistar un punto tan estratégico como Borneo, y de paso ganar terreno a los portugueses, sin tener que exponer mucho. Y le ofreció su colaboración a cambio de jurar poner el reino de Borneo bajo la soberanía española.

En la primavera de 1578 salían del puerto de Manila una escuadra de 30 bajeles, encabezada por el propio Gobernador, en ellos iban 2200 hombres, de los cuales 400 eran soldados españoles, 1500 arqueros de Luzón (isla de Filipinas) y Visayas, y 300 partidarios de Sirela. Tras las vejaciones del sultán a los embajadores, (en donde coincide con el otro relato). La flotilla española que hasta entonces tenía izada bandera blanca, respondió a los disparos de las naves del sultán derrotándola, aunque el sultán Saif-Ul-Rejal logra huir, buscando refugio en la Islas Molucas, bajo protección de los portugueses.

Instalado Sirela en el trono, ofreció a los españoles el territorio de Sabah y algunos asentamientos en Borneo.

Islas Marianas, Palaos y Carolinas de la Capitanía General de las Filipinas en 1888.

La batalla de Borneo fue la primera pero no la única llevada a cabo por Sande y sus capitanes, en apenas cuatro meses que duró la expedición. Tras haber pacificado la mayor parte del territorio insular regresa a Manila, pero antes confía a uno de sus capitanes, Esteban Rodríguez de Figueroa la pacificación de Joló y de Mindanao, bajo la premisa máxima de trato pacifico a los naturales, siendo las armas un recurso extremo.

Ya en Manila, Sande con sus habilidades mejoró la organización civil y militar, y se centró en la política de población, adhesionando y fundando nuevos asentamientos.

Uno de ellos fue la fundación en el año 1579 de Nueva Cáceres en honor a su ciudad natal. Aunque el fundador material fue su capitán Juan Arce.

“... el gobernador Francisco de Sande le mandó yr a las provinçias de Camarines a formar una villa... y yo lo hize, dándole por nombre Caçeres, y situándola en buena parte y poniendo hordenanças”

Sita en la provincia de Camarines, el emplazamiento tenía unas condiciones climáticas propicias para el cultivo y habían confirmado la existencia de minas y lavadero de oros. Pero para poblarla Sande ante la escasez de población española, abrió la participación de los indios en dicha fundación.

1529 Islas especias. Diego Ribero. (F.I.)

En el año 1580 Francisco de Sande era relevado por Gonzalo Ronquillo de Peñalosa, la decisión tomada por Felipe II fue por motivos políticos de la corte, o quizás influyó las continuas alusiones que desde hacía unos años expresaba Sande en sus cartas a sus achaques de salud, o a la idea de regresar a España para contraer matrimonio después de haber dedicado 12 años a la administración en Indias.

Sean cuales fuere los motivos de su relevo, en seis años, Manila había pasado de ser un puesto avanzado de comercio en la ruta hacia las especias, a una de las ciudades más importante de comercio. Y todo gracias a la gran política y a la gran administración llevada a cabo por el cacereño. En esos años había concluido una completa y detallada descripción de las islas conquistadas, geográfica y geopolíticamente, había fomentado el comercio con productos orientales y especias, y fomentado la minería. También reorganizó y saneó la Real Hacienda, pobló y fundó nuevas ciudades en Camarines, Yloco, en Mindanao y en la provincia de Cagayán. Evangelizó a los naturales con un comportamiento ejemplar, y gracias a su política naval Manila pasó a ser el mejor astillero en América, desplazando a los de Nueva España, sus mejores maderas y velamen, hacían de sus galeones más propicios para la defensa y por su gran tonelaje también para el comercio. Y siempre todas estas mejoras las llevó a cabo con una abrumadora escasez de medios.

Puerto de Acapulco 1628

Tras esta extraordinaria labor Francisco de Sande regresaba a Nueva España a su puesto de Oidor de la Real Audiencia de México, desde allí logro licencia real para regresar a España.

Durante su estancia en la corte, Felipe II le hace merced por los servicios prestados a la Corona, de la Cruz y el Hábito de la Orden de Santiago. También contrae matrimonio con doña Ana de Mesa, natural de Valdemoro, proveniente de una adinerada e hidalga familia cordobesa. Y en el año 1586 Sande compra la hoy famosa y llamada “Casa de las siete chimeneas” de Madrid. Fueron sus hijos Francisco, Fernando, Pedro, Alonso, Francisca y María de Sande y Mesa, quien tras la muerte de sus hermanos heredó el mayorazgo del señorío de Valdemoro y de los sotos de “Gutierre y Guterrón” sitos en la ribera del rio Jarama.

Recreación de la casa de las siete Chimeneas de Andrea de Lurano en 1583

Tras su estancia en España regresa a Indias, en 1594 ya en calidad de Presidente de la Real Audiencia de Guatemala, promocionado por su buena gestión y reputación.

Con fecha del 10 de febrero de 1594, en el catálogo de pasajeros a Indias se anota:

“Francisco de Sande. Expediente de información y licencia de pasajero a Indias de Francisco de Sande, Presidente de la Real Audiencia de Guatemala, natural de Cáceres, a Guatemala, con su mujer Ana de Mesa, natural de Valdemoro, con sus hijos, Francisco y Luisa, y con veintidós criados...”

Ejerció el cargo de Gobernador y Capitán General de Guatemala hasta el año 1596, en el que es nombrado, por gozar en la corte de una buena reputación por los grandes servicios prestados, Presidente de Real Audiencia de Santa Fe (Bogotá) y Gobernador y Capitán General de Nueva Granada (Colombia) puesto que ocuparía cuando le vino la muerte en Bogotá el 16 de septiembre de 1602.

Nuevo Reino de Granada siglo XVII. Archivo General de la Nación, Bogotá.

Y es entonces, al frente del gobierno de la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada cuando por su eficiencia y rigor en el desempeño de su oficio y su severidad a la hora de aplicar las leyes y castigos, cuando empezó a fraguarse la leyenda negra de Francisco de Sande, conociéndose con el apodo de “Doctor Sangre”.

En ello influyó sus continuos y fuertes enfrentamientos con el arzobispo de Santa Fe, Bartolomé Lobo Guerrero, máxima autoridad religiosa. El arzobispo le acusaba de menoscabar el cacereño su autoridad eclesiástica, de injusticias en sus actuaciones al frente de la Audiencia y de irreligiosidad efervescente, por ello el Consejo de Indias con la aquiescencia de Felipe III, se vio en la obligación de enviar en el año 1602 al visitador Andrés Salierna (Zaldierna) de Mariaca para que investigara los hechos. Investigación que quedaría incompleta al fallecer ese mismo año investigador e investigado.

A primero de junio, nada más llegar Salierna instigado por el arzobispo trató con dureza a Francisco de Sande desterrando lo a la Villa de Leiva, mientras duraba la investigación. No duró mucho la investigación, pues el 6 de septiembre el visitador Salierna, moría en extrañas circunstancia y unos días más tarde nuestro protagonista Francisco de Sande hacia lo mismo en idéntica coyuntura.

Villa de Leyva por Alejandro Blandón

Las extraña circunstancias en que ocurrieron sus muertes dieron pie a una leyenda popular, propagada por sus detractores. En ella Francisco de Sande habría envenenado al visitador Andrés Zaldierna, y este en su lecho de muerte habría emplazado al gobernador de Sande a comparecer con él ante el tribunal de Dios en el plazo de 10 días, siguientes a los de su muerte, y así ocurrió, muriendo de Sande el 12 de septiembre.

Mas la realidad es muy distinta, pues a instancia de la sobrina de Salierna, Isabel, se le efectuó la autopsia, “hallándole en sus riñones cuatro o cinco piedras muy grandes”, muriendo pues de una enfermedad del riñón, mientras que la muerte de Sande fue por causas naturales.

Don Francisco de Sande y Picón, Caballero del Hábito de Santiago, Gobernador y Capitán General de Filipinas, Oidor de la Rl. Audiencia de México y Gobernador y Presidente de las Rles Audiencias de Guatemala y de la del Nuevo Reino de Granada, fue enterrado en el convento de San Agustín de Cartagena.

Casa de los Sande en Cáceres

Pero como hemos podido ver, en toda su trayectoria Francisco de Sande, lejos del sobrenombre que algunos autores le han dado, fue un hombre de carácter recio con acorde a su época, que luchó por erradicar los abusos contra los indígenas, que promulgó una política proteccionista con los naturales, que favoreció también la cultura con instalación de la compañía de Jesús en sus territorios y más aún, se limitó a aplicar con fidelidad la política establecida por la Corona y el Consejo de Indias en las nueva tierras conquistadas.

Muchas gracias y hasta la próxima.


Escrito por: Jesús Sierra Bolaños.

Fuentes Consultadas:

- “Tratado del descubrimiento de las Indias y su conquista.” J. Suárez de Peralta. Edición de Giorgio Perissinotto
-” Proceso contra Martín Cortés: rebelión Nueva España.” Archivo general de Indias
-” Los veinte i un libros rituales i monarchia Indiana, con el origen y guerras de los indios occidentales, de sus poblaḉones, descubrimiento, conquista, conversion y otras cosas.” Juan de Torquemada
-” Pasajeros a Indias de Liébana y sus valles circundantes (1503-1790) según la documentación del Archivo General de Indias” José Mª González-Cotera Guerra
-” La epopeya de la raza extremeña en Indias.” Vicente Navarro
-” Soldados de Nueva España a Filipinas (1575)” Luis Muro
-” Guerra de los chichimecas” Fray Guillermo de Santa María
-” Debate sobre la Guerra Chichimecas , 1531-1585” Alberto Carrillo Cázares
-” La fundación de Nueva Cáceres (Filipinas) y el cacereño Francisco de Sande” Pedro Rubio Merino
-” El presidente don Francisco de Sande y don Bartolomé lobo Guerrero, arzobispo de Santa Fe” Pedro Rubio Merino
-” Memorial de Ulloa” José M. de Mayoralgo y Lodo
-” Cáceres, paseo por la eternidad” Francisco Acedo Fernández Pereira
-” Navegantes españoles en Borneo siglos XVI-XVII” Aurora Pérez Miguel.
- “El doctor Sangre” Alberto Miramón
-” Libro primero de las genealogías del Nuevo reino de Granada”. Juan Florez de Orcariz
-” Historia General de Filipinas, en catálogo de los documentos relativos a las Islas Filipinas...” Pablo Pastells
-” Los extremeños en América” Publio Hurtado

sábado, 6 de febrero de 2016

Antiguos oficios cacereños: Los curtidores.

Con esta nueva sección quiero dar a conocer aquellos antiguos oficios, ya desaparecidos, que a lo largo de la historia cacereña han sido la principal industria local que se ocupaban de satisfacer las necesidades primordiales de la villa de Cáceres. 

Curtidor en la Edad Media (F.I.)

Y que mejor manera que comenzar con el oficio de los curtidores, al cual mi bisabuela Saturnina y antes sus padres y abuelos dedicaron sus vidas. 

Estos oficios denominados menestrales eran ya recogidos y regulados en los fueros dados por el rey leonés Alfonso IX a la villa Cáceres tras su reconquista en el año 1229.

Estos artesanos que trabajan libremente para satisfacer la demanda de la población, fueron con el tiempo agrupándose en cofradías, que tenían un carácter religioso, de ayuda mutua, como el cuidado de las viudas y solían reunirse en una parroquia. Un ejemplo de ello, es la cofradía de los ovejeros que en Cáceres se reunían en la coalición de San Juan. El patrón de los curtidores era San Bartolomé el apóstol, que fue mandado desollar vivo por el rey Astíages de Armenia.

A partir del siglo XIII estas cofradías se transformarán en los gremios, mas especializados y profesionalizados.

Fuente de los Curtidores de Cáceres

Tres eran los estamentos en las cofradías, en el escalafón mas bajo estaban los aprendices, al cual el maestro se comprometía a enseñarle el oficio, también se comprometía a vestirle, mantenerlo y cobijarlo durante todo el aprendizaje; con el tiempo (variaba de un oficio a otro) pasarían a oficiales, los cuales ya recibían un sueldo; y por último estaba el maestro al que se accedía realizando un examen o proyecto.

 En las cofradías los maestros de cada ramo fijaban las condiciones de trabajo, las ordenanzas, los materiales a utilizar, el proceso de transformación, y las pruebas que debían realizar los oficiales para acceder al grado de maestro.

En los fueros de Cáceres se mencionan unos veinte oficios menestrales. Oficios que fueron ubicados, muchos de ellos, en lugares regulados por el Concejo bajo licencia, y que han dado orígenes a los nombres de las actuales calles y plazas de la ciudad, como la calle Caleros, Zapatería, la plaza de las Canterías o de los Caldereros, y la que nos ocupa, la Ribera de los Curtidores, junto a la también cacereña calle Tenerías, donde se agrupaban los curtidores. 

Calle Ribera de los Curtidores de Cáceres 

Estos artesanos eran en un principio un complemento a la agricultura, principal actividad industrial de la villa, junto con la ganadería.

Según relata Boxoyo y otros autores, aunque Cáceres carecía de industrias relevantes, “el ramo de la curtiduría era de mucha consideración con abundantes tenerías”, siendo los corambres (los cueros) y los zapatos junto con la cal, de los pocos productos que se exportaban, y que se veían gravados en su exportación  mediante un impuesto concejil. 

Los curtidores, eran los artesanos dedicados a preparar y tratar los cueros a través de pieles no curtidas, sobre todo de vaca, toro, buey o cabra, que compraban a las carnicerías, que les abastecían todo el año. Las compraban al cuarto, bajo multa de dos maravedises. Tan grande era el consumo de carne en la villa, que en año 1494 los vecinos de las coaliciones de Santiago y San Juan, solicitaron al Concejo que pusieran mas carnicerías: “...porque por aver pocas carniçerias e muchas gente ay mucha pesa en el pesar e tomar de la dicha carne, e que muchos de los dichos ofiçiales (…) se quedan syn carne algunos días...” 

También hay constancia del abastecimiento de las despensas reales con las carnes de Extremadura, entre ellas las cacereñas.

  
Vista de la Ribera de Cáceres

El oficio de curtidores es mencionado en los fueros en la rúbrica 201:

“Todo pellitero que las pennas de coneios, o de corderos, castrare peche I morabedi al castiello. Et los zapateros que cantearen las suelas pechen singulos morabedis al conceio.”

 Para los curtidores, el agua era un elemento imprescindible en casi todas sus tareas, por ello sus talleres requerían una proximidad a un río o a una fuente de agua donde solían utilizar los remanentes. Por ello y por el olor nauseabundo que generaba el apelambrado de los cueros, se ubican alejados, siempre que fuera posible, de las zonas residenciales. 

Herramientas de Curtidores (F.I.)

En Cáceres se situaron extramuros, en lo que hoy llamamos la Ribera de Curtidores y las Tenerías, a orillas de la Ribera del marco. También utilizaron la llamada Fuente Rocha o de los curtidores y la fuente del Rey o del Marco.

“... a distancia de dos tiros de bala, en un pequeño valle nace con admiración, por no haber Sierras en distancia de 7 leguas, un caudaloso raudal de agua llamado Fuente del Rei; y pasa cerca de los muros: con el muele 25 piedras harineras:riega una legua de huertas, sirve á varios Tintes, Batanes, Labadero de lanas, mucho número de Tenerías y otras fábricas...”

Fuente del Rey o del Marco de Cáceres

Se situaban los curtidores siempre aguas abajo para no contaminar.

El primer trabajo que realizaban eran remojar las pieles y limpiarlas para eliminar la suciedad, para ello se necesitaba un uso constante de agua limpia. Las pieles se depositaban en los noques (estanques pequeños o pozuelos). Pasado unos días se efectuaba la pelambre que era una mezcla de agua con cal (abundante en el calerizo cacereño) con la cual se pelan los pellejos, y un vez limpios de pelos y grasa, se volvían a limpiar nuevamente con agua. Para prevenir el daño ocasionado por bacterias las pieles se estiraban y se sumergían en los noques con los taninos (de ahí la palabra tenerías) sustancia que se produce de la corteza triturada de algunos árboles como el roble, la encina, los castaños o los alcornoques. Una vez curtida la piel se volvía rígida por ello los curtidores debían estirarla para recuperar su flexibilidad y la consistencia deseada. Para finalizar untaban los cueros con manteca de cerdo a fin de suavizar las pieles.


Tenerías de Fez (Marruecos)

Los curtidores estaban obligados a vender los cueros secos y blancos, pues los encargados de darles color eran los tintoreros. Pero antes de la venta. el cuero era supervisado por los veedores, quienes decidían si la calidad era aceptable y apta para marcar con los herretes de la ciudad.

El trabajo de una piel delgada de cordero, estaba tasado en un maravedí, y las pieles de conejo sin blanco, en medio maravedí.

Estaba prohibido tener cueros curtidos almacenados, venderlos sin la marca de la ciudad de origen, y comprarlos para revenderlos.

Los usos que se le daban al cuero eran muy variados, ademas de  para la vestimenta y el calzado, se utilizaba en fabricación de armaduras, escudos y fundas de armas; también para tiendas transportables, cubiertas y canoas; en la elaboración de cuerdas, cinchas, correas y arneses y en encuadernación.

Calle Zapatería Alta de Cáceres

Por eso unido al oficio de curtidores surgieron otros trabajos como el de guantero, guarnicionero o el de zapatero. Este último como nos muestra el libro de ordenanzas cacereño, también trabajan el cuero, y era el propio zapatero el encargado del curtido de la piel, ya que “a ellos se les prohíbe vaciar las tenerías durante el día en la temporada estival y se les conceden las licencias para extraer casca”, producto curtiente utilizado en esa labor, y entre los objetos de venta de los zapateros mencionan los cueros. 

En el fuero se establece la tasa de cuatro dineros para las medias suelas.
  
Otro de los oficios mas relevantes y con gran tradición en Cáceres, también relacionado con los curtidores, era el de los caleros, pero este los veremos otro día.

Muchas gracias y hasta la próxima.


Escrito por: Jesús Sierra Bolaños 

Fuentes Consultadas:

-”Fueros de Cáceres” Archivo Histórico Municipal de Cáceres
-”Noticias históricas de Cáceres” Simón Benito Boxoyo
-”Estudio de los nombres de los oficios artesanales en castellano medieval.” Mª del Carmen Martínez Meléndez.
-”Oficios y herramientas de antaño” Consell comarcal del Pla de l´Estamy
-”Los oficios menestrales en los fueros de Cáceres” Julio G. Martínez Martínez
-”Organización económica y social del Concejo de Cáceres y su tierra en la Baja Edad Media.” Mª Dolores García Oliva. 
-”Musulmanes y cristianos frente al agua en las ciudades medievales” Mª Isabel del Val Valdivieso, Olatz Villanueva Zubizarreta.

-”La vida en Cáceres en el siglo XIII” Miguel Ortí Belmonte.